Tehuacán Ciudad de Indios Historia del Título de la Ciudad:
¿Se ha preguntado cómo es que Tehuacán obtuvo la denominación de Ciudad? La historia comienza en Europa por una situación bélica pues en 1643 Francia derrotaría a España en la batalla de Rocroy, afrenta que provocó que la Corona Española cayera en una situación financiera comprometedora ya que desde principios del siglo XVII había experimentado otros desastres militares en campañas fallidas como la “Guerra Anglo – Española”.
Las guerras son costosas y lo son más si se pierden, por ello España rápidamente entró en una crisis que los obligó a buscar nuevos medios para obtener recursos económicos. Dadas las circunstancias en 1659 se comisionó a Manuel de Escalante y Mendoza para ofrecer el título de “Ciudad” a Tehuacán, San Luis Potosí y Querétaro; se trataba de un plan relativamente simple donde el título se subastaría de acuerdo a los intereses de grupos particulares y la región llevaría el nombre propuesto por el bando ganador.
Cumpliendo con esta encomienda Mendoza arribó a Tehuacán el 13 de marzo de 1660, presentando a las autoridades la propuesta de la Corona, sin una oferta concreta, sino esperando a recibir las propuestas de los interesados, que se dice eran dos bandos: Por un lado una pequeña representación de Españoles y por el otro un grupo de caciques naturales abanderados por la familia De Santiago.
Los primeros deseaban que Tehuacán se denominara “Villa de Españoles” mientras los otros querían proclamarse como “Ciudad de Indios”. Se debe mencionar que pagar cantidades exorbitantes como las que se planteaban en el imaginario colectivo no obedecían simplemente a la vanidad de llamarse Ciudad, sino a los supuestos privilegios que generaba obtener el nombramiento.
Se suponía que si los indios ganaban tendrían derecho a contar con un gobierno propio integrado por naturales donde los usos y costumbres fueran aceptados y lo más importante no formar parte del sistema de encomiendas, de este modo las tierras -de las que habían sido despojados- nuevamente les pertenecerían. Haciendo uso de falsas promesas y corriendo el rumor popular, inclusive se creyó que si los indios ganaban podrían expulsar a la comunidad española y también prohibir futuros asentamientos.
El ambiente estaba lleno de especulación y así el 15 de marzo apenas dos días después del ofrecimiento de Mendoza, la comunidad española ofreció mil pesos en la subasta, pero los naturales advertidos de esta oferta se postularon con la cantidad de mil pesos más otros 3,059 pesos y dos tomines a cuenta de las deudas de Alfonso Prieto de Bonilla, que tenía cuentas pendientes con los naturales al usurpar sus tierras.
De Escalante y Mendoza regresó con los españoles para notificar la contra-oferta, situación a la que los ibéricos respondieron con un aumento insignificante de apenas 1,500 pesos, quedando fuera de la competencia y otorgando a los naturales el título de Ciudad de Indios… los indios habían “ganado” y la algarabía de un futuro prometedor se hizo presente, sin embargo la realidad distaba de ser tan halagüeña.
El 16 de marzo de 1660 se confirmó la victoria de los indios y se otorgó el título de Ciudad al nuevo gobierno indígena representado por el cacique Nicolás De Santiago que fue elegido como Gobernador. Se dice que fue una ceremonia que contó con la presencia de Diego Durante, Manuel de Escalante y Mendoza y Juan de los Reyes Marchena, todos participantes de este proceso amañado.
Estando reunidos en Los Portales se asentó en una escritura pública la recepción de los primeros 500 pesos y posteriormente el 31 de mayo se entregarían otros 500. En una escritura adicional se realizó el traspaso de la deuda de los 3 mil pesos a la Hacienda Real y con ello quedó terminado el trámite para constituir a Tehuacán como Ciudad de Indios con el respectivo escudo de armas, que se elaboró con elementos prehispánicos mexicas, no los oriundos de nuestra región que bien podrían haber sido popolocas.
Para terminar el acto el 17 de marzo tomó posesión el supuesto gobierno indígena, donde Antonio Monroy Figueroa alcalde mayor de Tehuacán así como los representantes de la inquisición validaron el nombramiento, tomando protesta al Clan De Santiago, caciques que dominaron casi todos los cargos del gobierno. Un asunto absurdo es que ya antes de ser declarados como un “gobierno de naturales” estos terratenientes dominaban la región, además no pudieron establecer su despacho en Los Portales, simplemente se les relegó a una esquina en la actual 1 oriente y 1 sur sin mayor peso político del que ya tenían.
Posteriormente el 17 de noviembre de 1660 se recibió la ratificación de Ciudad de Indios por parte del Virrey sin esclarecer los derechos de los que gozaba la comunidad de naturales, dejando que la situación económica, política y cultural siguiera como antes de la visita de Escalante y Mendoza. De los beneficios prometidos como el recuperar las tierras, tener un gobierno de usos y costumbres, el expulsar a los peninsulares o abandonar las encomiendas, todo quedó en letra muerta pues los españoles continuaron explotando las tierras, gobernando mediante el alcalde mayor y los supuestos privilegios de la Ciudad de Indios quedaron en el olvido.
El último punto de esta treta es que la denominación común continuó siendo la de Ciudad de Tehuacán de Nuestra Señora de la Concepción y Cueva, pero en cartas se le llamaba Ciudad de Tehuacán de las Granadas, por lo cual el término Ciudad de Indios quedó asentado en un documento que no reflejó en sentir de un pueblo oprimido ni trajo consigo los beneficios que la Corona Española amañó para obtener lo que buscaba: Dinero fácil que mitigara su acelerada decadencia económica.
El Título de Ciudad de Indios terminó siendo un referente del famoso «oro por espejito».