Lázaro Cárdenas del Río en Tehuacán, el presidente del modelo socialista que pensaba en tener un México equitativo. En este enlace puede consultar su biografía.
Sin más preámbulo entremos al tema: En el tiempo de Abelardo Rodríguez (Presidente Interino de México de 1932 a 1934) llegaron los primeros grandes casinos a nuestro país. Recordemos que este personaje antes de su efímero paso por la Presidencia de la República fue Gobernador de Baja California, Estado donde se construyó en 1920 el Casino “Caliente”, esto en complicidad con Álvaro Obregón y Plutarco Elias Calles.
La presencia de Al Capone y Lucky Luciano en México:
Este antro que era dirigido por mafiosos de la talla de Al Capone y Lucky Luciano, se convirtió rápidamente en el lugar de “destrampe” de la farándula Hollywoodense y los nuevos ricos de los Estados Unidos. El dinero fluía por doquier, toda clase de ilícitos eran cobijados y la ley era prácticamente inexistente, dando origen al primer turismo de «gambling» que atravesaba la frontera para beber, jugar, pelear y hacer los desmanes que en su país no podían, ya que por este tiempo los estadounidenses padecían la llamada «Ley Seca» mejor conocida como «La Prohibición», que declaraba ilegal el alcohol.
La construcción del Hotel Garci Crespo:
En este contexto muchos piensan que gracias a estas primeras asociaciones «exitosas» con la mafia estadounidense, Abelardo Rodríguez pudo alcanzar su elección interina como Presidente de México, esto a costa de prometer que el juego se legalizaría, estrategia que le valió el apoyo del crimen organizado de los Estados Unidos pues tendrían una nueva plaza para escapar de las estrictas leyes vigentes en su país.
Para dar cumplimiento a dicha promesa Abelardo inició una fuerte movilización de capitales para generar y rehabilitar la infraestructura de bares, burdeles, hoteles y casinos disfrazados en las ciudades más importantes del país, teniendo en 1934 un bastión de su poderío, un hotel se convertiría en el mejor de América Latina construido en el destino de moda por sus milagrosas aguas de manantial, hablamos del Hotel Garci-Crespo edificado en Tehuacán Puebla.
La mano de hierro de Lázaro Cárdenas:
Se dice que a Lázaro Cárdenas (sucesor de Abelardo Rodríguez) le incomodaba el despilfarro que se generaba en las mesas de apuestas de Hotel Garci-Crespo así como la banalidad de la «sociedad tehuacanera», de tal manera que una de sus primeras acciones de gobierno fue la prohibición del juego en el año de 1935, así como un constante asedio fiscal a la suntuosa obra de Abelardo Rodríguez.
Contrario a lo que se piensa el problema no era personal entre Cárdenas y Rodríguez, lejos de eso el objetivo del primero era que su gobierno tuviera congruencia entre la calidad moral y la justicia social basada en los principios de la Revolución Mexicana. El General deseaba expulsar a la mafia de los Estados Unidos del poder político de México, por este motivo aplicó la medida de prohibición de casinos y más adelante el duro golpe a los Estados Unidos de la Expropiación Petrolera.
Gracias a estas medidas en Tehuacán se dice que Lázaro Cárdenas nunca fue bien visto, con la medida de prohibición del juego se pensaba que el desarrollo turístico de la ciudad se vería seriamente afectado pero esto no ocurrió, al contrario, Tehuacán no era un centro de juego sino un destino recreativo que siguió creciendo en demanda hasta bien entrada la década de los 50’s, esto gracias a que se ofrecían excelentes servicios turísticos, paseos por las haciendas, estupendos balnearios, un clima muy agradable, seguridad en un ambiente familiar, las aguas minerales y sobre todo una gran infraestructura de hoteles de primer nivel como el Hotel Garci-Crespo, El Riego, Montecarlo (en ese tiempo Palas) y el Hotel México.
Lázaro Cárdenas en Tehuacán:
En esta fotografía sorprendente se aprecia a Cárdenas en una de sus visitas a Tehuacán ya en calidad de Presidente de la República, la imagen es muy importante porque irónicamente el hombre que le da la mano para subir al camión es nada más y nada menos que Abelardo Rodríguez con quien Lázaro Cárdenas había roto relaciones y también con el mentor de ambos, Plutarco Elías Calles. ¿Entonces por qué estaba en uno de sus eventos y peor aún, por qué le tendía la mano?
Cárdenas fue el único Presidente de México posterior al «Maximato» y hasta Adolfo López Mateos, que no se hospedó en el Hotel Garci-Crespo, en su lugar prefería pernoctar en hoteles más sencillos como el Hotel Campestre El Riego.
Desde nuestra perspectiva Cárdenas tuvo una genuina convicción y el hecho de permanecer alejado de la opulencia del recinto de Rodríguez era una muestra innecesaria de su nivel de compromiso con sus ideas de justicia social, no obstante marca un precedente de integridad pero sobre todo de mano dura contra aquellos que pusieron en manos de extranjeros el destino político de México, vicio que por desgracia permanece arraigado hasta nuestros días.